En el ámbito de la fotografía y el diseño es frecuente escuchar el concepto de ‘Fine Art Printing’, también denominado Arte Final. Un concepto que suele provocar cierta confusión entre los profesionales del sector de la comunicación visual. El Fine Art no es un género fotográfico como muchos afirman.
El Fine Art Printing reúne ciertas características técnicas que hacen posible obtener un resultado con una calidad y definición en cuanto a fotografía, ilustración, diseños o cualquier otro tipo de representación gráfica.
A menudo, nos encontramos con usos incorrectos de este término. Y nos gustaría resaltar qué no es ‘Fine Art Printing’:
- No es una impresión fotográfica en gran formato.
- No es una impresión fotográfica en blanco y negro.
- No es un género fotográfico.
- No es una fotografía artística.
El concepto de ‘Fine Art Printing’ está asociada irremediablemente al mundo de las bellas artes. Este concepto podemos decir que tiene tres dimensiones distintas, y que nos gustaría diferenciar. Dos de carácter técnico y otra relacionada con la esencia de la fotografía.
En primer lugar, explicaremos brevemente en qué consiste el trabajo de un arte finalista, ya que este tema a veces puede provocar cierta confusión y desconocimiento. También abordaremos este concepto teniendo en cuenta los criterios de calidad y, por último, desde la visión del prestigioso fotógrafo Nick Carver.
¿En qué consiste el trabajo de un arte finalista?
Desde un punto de vista técnico, el trabajo de un arte finalista está directamente relacionado con el trabajo que realiza el impresor. El objetivo principal es conseguir un resultado tal y como espera su autor. Lo que incluiría un proceso de revisión, modificación y/o preparación del archivo para dejarlo listo e imprimir. Esto incluye determinados aspectos técnicos como comprobar modos de color, resolución de la imagen, dimensiones, maquetación del texto, etc.
El arte finalista, por tanto, tiene un absoluto control de cómo se presentará la imagen final. Teniendo en cuenta infinidad de elementos como colores, tonos o matices. Por tanto, será tan importante el proceso de creación de la imagen como la preparación e impresión de esta. Se trata de una tarea minuciosa que requiere de cierto tiempo y dedicación. Cualquier elemento es revisado y ajustado, si fuera necesario.
Un arte finalista trabaja a partir de un diseño previo y lo prepara para que, tras su impresión, el resultado sea el esperado. Para ello, en la mayoría de ocasiones, deberá realizar ciertos cambios y correcciones mediante programas de diseño.
Existe cierta polémica en cuanto a este tema, ya que muchos consideran que el archivo debería llegar ya preparado para su impresión. Al no ser así, el arte finalista es el encargado de realizar el trabajo que el artista no ha realizado con el fin de conseguir un resultado perfecto tras su impresión.
Por tanto, el trabajo y papel que desempeña un arte finalista en un laboratorio fotográfico es imprescindible para poder ofrecer un servicio de calidad al cliente. Uno de los motivos es que el fotógrafo, en la mayoría de ocasiones, no tiene por qué saber o desconoce las posibilidades de impresión que existen en un laboratorio.
Criterios de calidad
Una copia fotográfica puede ser considerada Fine Art cuando reúne ciertas características y destaca por su calidad. En este caso ya no estamos haciendo referencia al proceso de trabajo del arte finalista, sino a los criterios que hacen que esta copia en la categoría de excelencia.
El objetivo principal del arte final es que la copia sea una reproducción fiel sin perder calidad. Para ello, el papel utilizado también deberá reunir una serie de características para resistir durante décadas sin que la copia se deteriore. Resistencia a la luz y ser un papel libre de ácidos son dos de las características más importantes a tener en cuenta.
Una opción muy utilizada es el Duraprint, un material que consigue excelentes resultados y que permite realizar la impresión directamente sobre soportes como madera o aluminio.
‘Fine Art Printing’ como la esencia de la fotografía
Por último, la última acepción que abarcaremos sobre el ‘Fine Art Printing’ es posiblemente la menos técnica.
Según el fotógrafo Nick Carver la copia Fine Art es aquella que ha sido previamente capturada, impresa y montada con el objetivo de ser expuesta en una pared. Y es que para nosotros una fotografía no tiene sentido hasta que ha sido expuesta.
El Fine Art, por tanto, es un proceso casi artesanal de impresión y Nick Carver aporta muchas ideas interesantes en torno a esta idea. «Una buena impresión fotográfica Fine Art debe acentuar la belleza de un espacio más que imponerse sobre él».